Irene se degradó el domingo a tormenta tropical sobre la ciudad de Nueva York, donde fuertes lluvias y vientos provocaron inundaciones y cortes de electricidad, tras dejar al menos 14 muertos durante su paso por la costa este de Estados Unidos.
"Irene se debilitó a tormenta tropical y la intensidad estimada de sus vientos en tierra es de 104 km/h", precisó el Centro Nacional de Huracanes (NHC) en un reporte a las 13H00 GMT publicado en su sitio web.
Un poco más tarde, un alto funcionario de emergencias de Nueva York afirmó que la ciudad ya había superado la tormenta tropical Irene, pese a que había dejado algunos daños e inundaciones.
Hay "áreas de la ciudad que están inundadas por oleaje, lluvias, pero en general estimo que ya hemos superado esto", dijo Joseph Bruno, comisionado de situaciones de emergencia de Nueva York, a la cadena CNN.
Desde que llegó a tierra el sábado por la mañana, Irene dejó 14 muertos, seis de ellos en Carolina del Norte, el primer estado en sufrir sus estragos con vientos de hasta 140 km/h, según cifras oficiales.
Las otras víctimas mortales se registraron en Virginia (tres muertos), Nueva Jersey (dos), Connecticut, Florida y Maryland.
En Nueva York, los efectos de Irene comenzaron a sentirse en la noche del sábado al domingo, con potentes lluvias, relámpagos, reportes de tornados y fuertes ráfagas de viento.
Sin embargo, y tras una inédita orden de evacuación obligatoria para 370.000 personas, la Gran Manzana salió casi ilesa del tan temido huracán degradado a tormenta tropical, el primero en amenazar a la ciudad desde Gloria en 1985.
Fueron Coney Island en Brooklyn (sudeste), donde el agua subió hacia las 08H45 locales (1245 GMT) provocando caos en esa popular playa conocida por su parque de atracciones, y Long Island, en el noreste del estado de Nueva York, que experimentaron algo de la furia de Irene.
Nueva York se había convertido en una "ciudad fantasma" desde el sábado al mediodía, con el transporte público suspendido, aeropuertos sin operar y tiendas cerradas.
Después de Nueva York, la tormenta tropical Irene, que se desplaza hacia el norte a una velocidad de 40 km/h, pasó por Cape Cod (Massachussetts) y podría dirigirse hacia Boston, de acuerdo al NHC.
Los daños causados por Irene a la ya de por sí golpeada economía estadounidense podrían ascender a miles de millones de dólares, advirtió este domingo a la televisión el gobernador del estado de Nueva Jersey, Chris Christie.
Christie hizo esta estimación en declaraciones a NBC mientras Irene recorría por segundo día consecutivo la costa este de Estados Unidos.
"Debo imaginar que la estimación de los daños se situará en los miles de millones de dólares, o en decenas de miles de millones de dólares", dijo Christie, cuyo estado tiene una larga costa y resultó particularmente dañado.
Los expertos afirmaban que los daños podrían ser mucho mayores si Nueva York, la capital económica del país y su ciudad más habitada, con 19 millones de personas, terminaba con daños graves en su infraestructura.
Entre las víctimas mortales del huracán, figura un niño de 11 años que falleció cuando un árbol cayó sobre el apartamento en el que vivía en Carolina del Norte.
Irene había tocado tierra por segunda vez en Estados Unidos el domingo, ahora en Nueva Jersey, como un ciclón de categoría uno, con vientos de 120 km/h.
La tempestad había ingresado a suelo estadounidense por primera vez la mañana del sábado cerca de Cape Lookout, en Carolina del Norte, luego reingresó al océano para desplazarse frente a las costas de Virginia y Maryland, antes de volver a entrar en tierra cerca de Atlantic City, Nueva Jersey.
Casi 900.000 personas se vieron privadas de electricidad en zonas costeras, de acuerdo con las compañías del sector, y unas 12.000 líneas de teléfonos quedaron sin servicio por el huracán en Carolina del Norte y Virginia, según la Comisión Federal de Comunicaciones.
En Nueva Jersey hubo cerca de un millón de evacuados.
Residentes en zonas alejadas del mar también sentían el impacto del ciclón que atraviesa el Atlántico estadounidense, una de las zonas más pobladas del mundo con unos 65 millones de habitantes.
El presidente Barack Obama ordenó ser informado sobre la situación hora tras hora.
"Esto va a ser algo duro de pasar", había afirmado Obama el sábado en una videoconferencia con altos funcionarios federales, incluido el vicepresidente Joe Biden y la secretaria de Seguridad Janet Napolitano, y con agencias del gobierno situadas en el rumbo previsto del ciclón.
Varias compañías aéreas de todo el mundo anularon o retrasaron el sábado sus vuelos a la costa este de Estados Unidos, una medida que afectó los aeropuertos JFK, LaGuardia y Newark, y también de Miami (sureste). En total, más de 8.000 vuelos fueron cancelados.
Fuente: AFP
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