Afirman que ha sido «una violencia difusa y ocultada por una jerarquía insensible, reticente, rígida y potente». Es la misma acusación que lanzó el primer ministro irlandés, Enda Kenny, el pasado mes de julio.
Esta denuncia suena más como una provocación con pocas probabilidades de salir adelante, pues la CPI es el tribunal que se encarga de juzgar crímenes de guerra y contra la humanidad, pero SNAP coloca entre estos últimos los casos de violación registrados en el clero en varios países.
Se trata de un punto de vista muy particular que deberá admitir el tribunal, pues la categoría de crimen contra la humanidad requiere una organización que los comete de forma sistemática y una población civil determinada que los sufre. Por ejemplo, la CPI actualmente lleva procesos del Congo o Darfur y acaba de emitir una orden de arresto contra Gadafi. Será el fiscal general, el argentino Luis Moreno Ocampo quien decida si admite el recurso.
La Santa Sede, que no se encuentra entre los 117 estados firmantes del tratado de Roma que fundó la CPI, no quiso comentar ayer la noticia.
Fuente: Diario Vasco
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