
A la salida del tercer par de banderillas, el torero fue volteado y, en el suelo, el pitón del toro le corneó en la cara.
La cornada llenó de consternación al público. La imagen del torero levantándose de la arena, con las manos tapándose el rostro ensangrentado, ha causado gran impresión entre los espectadores y entre los profesionales que participaban del segundo festejo. Entre rabia y gritos de dolor se le oyó a Medina farfullar: "No veo".
Entre rabia y gritos de dolor se le oyó farfullar al torero: «No veo»
La cornada cayó como un rayo en el resto de los toreros, que siguieron con la corrida con profesionalidad. A las puertas de la enfermería, el ambiente era mucho más preocupante. La cornada pudo entrar por la parte posterior de la mandíbula izquierda y afectarle gravemente el oído y la zona ocular.
El equipo médico procedió a intubar al torero, estabilizarlo y, sin intervenir, trasladado al hospital Miguel Servet de la capital aragonesa, el centro médico de referencia. Una UVI médica salió con urgencia desde la enfermería de la plaza de toros de La Misericordia, atravesando la ciudad.
Entre quienes llevaron al diestro a la enfermería la desolación era tremenda. Uno de los subalternos de la cuadrilla de Padilla, Vicente Yesteras, explicaba que el pitón le había entrado por detrás, cerca de la oreja, otros con gestos de dolor, señalaban que le había destrozado la cara.
El jefe del equipo médico de la plaza, el doctor Val Carreres, señaló que es "una de las cosas más tremendas que he visto" en sus más de 30 años al frente de la atención médica en la plaza.
El torero llegó a la enfermería "con síntomas de asfixia", tras recibir la cornada, que entró por el maxilar superior posterior, penetrando hasta afectar la zona auricular y el ojo izquierdo de Padilla.
Fuente: La Capital
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