Oscar Martín Abanto, ingeniero especialista de dicha entidad, señaló que este tipo de artefactos muy utilizados actualmente en los hogares son fuente de alto nivel de radiofrecuencia que pueden afectar al organismo si este se expone durante mucho tiempo.
En ese sentido, aconsejó evitar colocar el microondas en lugares altos que coincidían con la altura de la cabeza -como ocurre con frecuencia en ciertos comedores de los trabajos, porque es una fuente alta de energía cuyo nivel promedio es de 1,000 vatios.
“El horno microondas es una fuente de alto nivel de radiofrecuencia, por eso es hermético. Pero por el uso que se le da, la puerta se abre y cierra con frecuencia, lo que provoca que esta se descuadre. Parte de esa energía concentrada se escapa e irradia la casa. Por eso es importante estar alejado de él cuando se cocina o calienta los alimentos”, dijo en diálogo con la Agencia Andina.
Abanto explicó que la radiofrecuencia tiene efecto de calentamiento y en el horno microondas el nivel de energía es elevado.
“Los cuerpos líquidos calientan más rápido que los sólidos porque absorben más la energía. En el cuerpo humano, el cerebro y los ojos, tienen más líquidos, a diferencia del tronco y las piernas que tienen más músculos”, anotó.
El especialista ofreció estos alcances tras exponer sobre la naturaleza y riesgos de la exposición a altos niveles de radiofrecuencia y radiaciones emitidas por diversos equipos domésticos a los que están expuestas continuamente las personas.
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