A puertas de la segunda vuelta, es importante analizar qué explica este nuevo escenario de incertidumbre política al que hemos llegado. Luego de diez años de “plena” democracia, dos posturas diametralmente opuestas en lo político y lo económico se enfrentan por alcanzar el gobierno.
El escenario para Ollanta Humala y Keiko Fujimori es complicado. Ambos tendrán que convencer a casi la mitad del electorado que no votó a su favor. Además, deberán enfrentar el fuerte nivel de resistencia a las ideas que cada uno simboliza: Ollanta arrastra aún la vinculación mediática a Hugo Chávez y el temor a la inestabilidad que generaría los ajustes al modelo económico que propone. Por otro lado, Keiko no sería más que una extensión del gobierno de Alberto Fujimori, con todo lo que ello significa.
¿Por qué un importante porcentaje de peruanos exige cambios al actual modelo económico? ¿Por qué el fujimorismo vuelve a ser una alternativa de gobierno? Un reciente informe del Latinobarómetro, que analiza el nivel de satisfacción de los peruanos con la actual democracia, arroja interesantes respuestas a estas interrogantes. Veamos.
· Hoy sólo el 28% de los peruanos están satisfechos con la democracia. Esta cifra nos sitúa como uno de los países que se siente menos satisfecho con ella (en el penúltimo lugar en una lista de 18 países). Cabe señalar que, en Venezuela, el 49% se siente satisfecho con la democracia que se ejerce en su país mientras que México ocupa el último lugar de la lista.
· En el Perú, el 61% de los peruanos consideran que el gobierno y las grandes empresas son los que tienen más poder y solo el 16% dice que “se gobierna para todo el pueblo”. Además, solo el 42% de peruanos cree que sus ideas tienen iguales posibilidades de llegar al poder, cifra 11 puntos por debajo del promedio en la región.
· La posibilidad de un nuevo golpe de Estado que interrumpa nuestra endeble democracia sigue latente. No solo existe un alto porcentaje de peruanos que apoyaría a un gobierno militar (solo 5 de cada 10 peruanos rechazaría un gobierno de esta índole), sino que un tercio de peruanos estaría de acuerdo con pasar por encima de las leyes en situaciones complicadas.
· Perú es uno de los países más desconfiados de la región: solo el 14% dice que se puede confiar en la mayoría de personas cuando el promedio en la región es de 20%. Si a un peruano le resulta difícil confiar en otros, ¿qué se puede esperar de la confianza en las instituciones? La Iglesia es la única institución en el Perú que concita una cantidad significativa de confianza que todas las otras instituciones (68%).
Los problemas de nuestro sistema político se agravan en la medida que la economía peruana crece, ¿por qué esta paradoja? Nuestra democracia requiere de bases sólidas para legitimarse, esto es, que la gente sienta que realmente su situación mejora, que las instituciones funcionan y que la justicia no favorece solo a los que más tienen.
Esperemos que estas cifras de Latinobarómetro sean tomadas en cuenta en los debates que se avecinan.
Fuente: Otra Mirada
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