
-En enero usted dijo que García tendrá que explicar por lo menos 10 casos de corrupción. ¿Siguen siendo 10?
No sé… en todo caso hay 10 de corrupción y uno de mal gusto, el Cristo en el Morro. Si hubiera una suerte de policía estética, tendría que ir preso. Vamos a ver si el coraje alcanza para esas investigaciones. Pero que Odebrecht done 850 mil dólares y el Presidente 100 mil (a esa obra), casi es una insolente transparencia, una manera clarísima de decir ‘miren lo bien que nos ha ido’.
-La donación de García ha sorprendido a más de uno…
El Presidente es muy rico. Puede soñar con tener un departamento en París. Y nunca ha trabajado. Y no ha podido tener éxito ni fracasar porque nunca hizo nada. Y es muy rico. Y la pregunta es, ¿de dónde es muy rico? Porque ha recaudado fondos, ha recibido gratitudes, ha hecho negocios que no sabemos y que no son formales, y tiene amistades particulares por lo generosas. El Presidente merecería un juicio de residencia. Ahora, ¿lo hará el próximo gobierno? No lo sé, pero lo dudo.
-¿Por qué? Una de las frases más repetidas por Humala en campaña es que investigaría a García.
Porque probablemente eso requiera mover el escenario político de un modo peligroso para el propio gobierno. García está consiguiendo una alianza con el fujimorismo… Es inminente el asunto de (Alberto) Fujimori.
-Se refiere al indulto.
Sí. Y el agradecimiento de la bancada fujimorista puede ser perfectamente la protección a García. No tiene suficientes congresistas para parar una investigación, pero a la hora de los loros, qué pasará con la gente de PPK, de Solidaridad, esas bancadas frágiles que no están soldadas por un programa principista: son mudables. Pero sería bueno que García pagara por lo que ha hecho. Él es un ejemplo de corrupción ostentosa.
-¿Cuál es el caso más emblemático de corrupción por el que podría ser procesado?
Sus vínculos con Odebrecht y Graña y Montero, que él mismo acaba de exhibir con este asunto del Cristo del Pacífico.
-Este monumento, al margen de lo económico, también revela un aspecto de su personalidad, además de su ego, ese afán de perpetuarse.
Tiene que ver con eso que usted dice, con su idea de perennidad, de historicidad o de eternidad. Pobre García; cree que va a tener una posteridad de cemento. No es así. Quizá algunos desde una embarcación vean eso, que medirá 37 m, y diría lo que muchos dicen al ver su fortuna: ¡Ay, Jesús! No será un monumento, sino un recordatorio. Es patético. El problema de un ego como el de García es que llega a ser cómico, humorístico. Un ego de ese tamaño ya no impresiona, divierte. Quiere que todo el mundo lo recuerde, pero vuelve a demostrar que las instituciones no le importan.
-Ya que hablamos de humor, parece que la renuncia de PPK a su nacionalidad también fue sólo una broma de campaña.
Desde el comienzo fue una mentira grosera. Y ahora PPK es una especie de consejero crónico; como una enfermedad que no se va. Él insiste en que tiene la fórmula y está convencido de que el 18% que obtuvo lo convierte en presidenciable y referente de opinión en economía. Pero no sabe que es un invento de García, uno de los tantos heterónimos que ha usado García. PPK no existiría sin él, y PPK cree que existe por sí mismo, y que tiene futuro. Ya que alguien de 72 años diga que tiene un gran futuro resulta conmovedor.
Fuente: Diario16
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