El grupo de nativos se habría encontrado el pasado lunes 1 de septiembre con una base maderera ilegal en una remota zona de la selva, mientras realizaban su recorrido semanal para revisar si todo iba bien en su territorio. Los traficantes, al verse descubiertos, atacaron a los nativos y los torturaron hasta matarlos. Además, descuartizaron los cuerpos para ocultar el crimen. ¡Terrible!
Los fallecidos pertenecían a la comunidad nativa de Alto Tamaya-Saweto, formada por unas treinta familias en la región Ucayali, cerca de la frontera peruana con Brasil, y entre ellos se encontraba el jefe de la comunidad y fundador de Aconamac, Edwin Chota. Él era reconocido por su incansable lucha contra la tala indiscriminada de árboles.
Reyder Sebastián explicó que cuando los nativos se encuentran con taladores, lo que hacen es intentar convencerlos de abandonar su territorio para así mantener sus recursos y biodiversidad, siempre de forma pacífica.
Reyder cuenta que siempre han denunciado la tala ilegal de árboles ante los gobiernos regionales y el ministerio, pero no nunca fueron escuchados y está muy triste de que las consecuencias hayan sido las muertes de sus amigos y de una forma tan terrible.
Un equipo del Ministerio de Cultura ya se encuentra en Ucayali para ayudar a la comunidad nativa con las denuncias de asesinato. Esperamos que se haga justicia. Este tipo de cosas no se pueden quedar en silencio.
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